Masticar y jugar con un mordillo canaliza la ansiedad y reduce la sobrecarga sensorial . Además, masticar también fortalece la mandíbula y beneficia directamente a otras actividades motrices orales como hablar, comer y tocar un instrumento.
La concentración, el aprendizaje y nuestra capacidad para hablar o hacer otras cosas están directamente relacionadas al manejo de la información sensorial, por eso los mordillos son una valiosa herramienta que permite focalizar la energía y aumentar la conciencia.